El Consell ofrece ayudas a los afectados por xylella 8 meses después del primer brote

La Conselleria de Agricultura ha publicado la esperada orden de ayudas a los afectados por xylella fastidiosa, la bacteria que desde hace ocho meses ha provocado el arranque de almendros en La Marina y en El Comtat. Las indemnizaciones oscilan entre los 2.843 y los 6.192 euros por hectárea arrancada en el caso de los almendros. La Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) critica las ayudas por su retraso, por su cantidad y por no tener en cuenta el lucro cesante.

Las indemnizaciones están pensadas para compensar el arranque y la destrucción del material vegetal de los propietarios de parcelas agrícolas afectadas por la bacteria, considerada como el ébola de los almendros. Las ayudas alcanzan hasta los 22.647 euros en el caso del viñedo, pero se quedan en un máximo de 6.192 euros para las hectáreas de almendros en producción, “el cultivo más afectado por xylella”, como ha recordado Ramón Espinosa, secretario técnico de Asaja.

A juicio de Espinosa, las indemnizaciones son “muy bajas” y llegan 8 meses después de los arranques masivos de almendros en las primeras parcelas afectadas por la bacteria. Para Asaja es preocupante que, pese a sus reivindicaciones, la conselleria no haya contemplado el lucro cesante. El protocolo de actuación contra xylella impide plantar en la zona afectada durante 5 años, un periodo al que Espinosa suma los 7 años que necesita un almendro recién plantado para empezar a producir. “Son 12 años sin actividad para el agricultor y no hay compensaciones”, ha manifestado el secretario técnico de Asaja.

Espinosa ha criticado que el lucro cesante sí esté contemplado para los productores y comercializadores de plantas de vivero. “Se han dejado fuera un caso de libro, como es el de los propietarios de las parcelas”, ha señalado. El sindicato agrario ha propuesto un plan de replantación subvencionada con almendros resistentes que evite la pérdida de la especie en la provincia. Plantea reducir el veto a la nueva plantación de dos a cinco años, una medida "técnicamente viable". "Lo mínimo que puede hacer la administración es ayudar a replantar la zona con especies resistentes a la bacteria", ha añadido Espinosa.