El Islam se asienta en Alcoy
Los moros toman el castillo tras la primera batalla de arcabucería
La dramaturgia de la embajada y el estruendo del alardo han abierto la tercera jornada festiva que Alcoy le dedica a su patrón San Jorge: el Dia dels Trons. Tras el desenfadado acto del Contrabando, protagonizado por Andaluces y Labradores, la plaza de España ha quedado en silencio.
La tranquilidad la ha roto un jinete moro, avanzando para llevar un mensaje al jefe del castillo dominado por los cristianos. El desprecio a la misiva ha propiciado el galope del estafeta de la Llana. Los moros han intentado hacerse con la fortaleza a través de la palabra. La embajada de Juan Javier Gisbert la ha rechazado el embajador cristiano, Ricard Sanz. El desencuentro ha desembocado en la primera de las batallas de la arcabucería, de nuevo vigilada por la Guardia Civil.
Los festeros han quemado los primeros kilos de pólvora en un acto recortado, precisamente, por las restricciones de pólvora. Como novedad, el encaro de los capitanes se ha desarrollado en El Camí. La lucha con las armas de fuego ha dado paso al enfrentamiento con arma blanca. Los moros ya son dominadores de la villa, rememorando una realidad histórica que se prolongó durante siglos.