El sello cristiano imprime la victoria sobre el castillo
El enfrentamiento dialéctico da la razón a los Cristianos
El grito de guerra en esta tarde del Alardo lo han dado los Cristianos. A partir de las 16.30 horas, la Estafeta y la Embajada con las huestes de Jaume I han sembrado el inicio de la discordia, y de una victoria definitiva, la suya. Terminada la Embajada, nueva batalla de Arcabucería, con 3.000 kilos de pólvora previstos para este día del año 2016; en esta ocasión, el Capitán y el Alférez Moro son quienes salen del Castillo con el objetivo de arrebatar lo que consideran suyo. El Encaro, en el mismo lugar que la mañana pero con final significativamente distinto, precede al recorrido que lleva a las guerrillas hasta la plaza de España. Ahora, el bando moro retrocede ante el éxito del cristiano, que avanza con su marca imborrable. El fuego entre filaes, entre palabras punzantes de los embajadores impecables Juan Javier Gisbert y Ricard Sanz, acabará antes de las ocho de la tarde.