La cruz pone fin a la dominación árabe
Los cristianos recuperan la villa tras la segunda batalla de arcabucería de la última jornada de las fiestas
2.500 kilos de pólvora han quemado los festeros en la última jornada de las fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy. La batalla de la tarde, por la que los cristianos se han apoderado de nuevo de la villa, se ha desarrollado tras la embajada cristiana. Ricard Sanz, el embajador, ha declamado los versos, de cuya primera publicación escrita se cumplen ahora 175 años.
Los festeros queman 2.500 kilos de pólvora en los alardos o batallas de arcabucería.
El alardo es uno de los actos más antiguos de la fiesta. De hecho, las denominaciones de primer tro y darrer tro con las que se conoce a los presidentes y vicepresidentes de las filaes proceden de la posición que ocupan en el disparo. Es una muestra de la relevancia que a lo largo de los últimos tres siglos ha tenido este evento que cubre de pólvora la ciudad durante la jornada que cierra la trilogía.
Tras la batalla, primero con armas de fuego y luego con espadas, la bandera de la cruz ondea de nuevo en lo más alto del castillo diseñado en 1885 por el artista Fernando Cabrera.