Los bustos de San Juan Bosco y San Juan XXIII presiden el vestíbulo del colegio Salesianos de la zona norte
La Presencia Salesiana en Alcoy celebró la canonización del papa con una misa, la bendición de las imágenes y una comida de confraternidad en los patios del centro
La misa concelebrada en la Parroquia San Juan de Ribera constituyó el eje de la central de la fiesta organizada por la Presencia Salesiana en Alcoy para sumarse al hecho histórico de la santificación de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II.
La Eucaristía comenzó con la proyección a través de una pantalla gigante de las imágenes del acto de canonización que, minutos antes, se había producido en la plaza de San Pedro de Roma. La celebración estuvo presidida por Vicente Enrique Picó, director de la Presencia Salesiana en Alcoy, acompañado por el párroco Rafael Colomer y los salesianos Pablo Gómez y Bernardo Piquer. También se contó con la asistencia de profesores del centro, representantes de la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos y numerosos feligreses de la parroquia.
Vicente Enrique Picó destacó en la homilía la sencillez de San Juan XXIII y desveló su cariño y admiración por el “Papa Bueno”, cuyo ejemplo le ha servido de guía espiritual a lo largo de su vida.
A continuación, los asistentes a la celebración se desplazaron hasta la entrada principal del colegio Salesianos Juan XXIII para descubrir los bustos de San Juan Bosco y de San Juan XXIII que, posteriormente, fueron bendecidos por Vicente Enrique Picó. Así pues, desde el pasado domingo las imágenes ya presiden el zaguán del centro que desde hace 44 años lleva el nombre del nuevo santo.
La jornada concluyó con una comida popular en uno de los pórticos de los patios del centro educativo.