Los vascones desentierran el hacha
La filà Vascos reúne en su boato las costumbres y tradiciones de las tierras del norte
Un pedazo de la Euskadi previa a la cristianización ha florecido en Alcoy de la mano del boato del alférez, de la filà Vascos. La entidad ha hecho honor a su nombre con una propuesta del artista David Blasco basada en las tierras del norte. El boato ha incluido algunas de las tradiciones más arraigadas entre el pueblo vasco. La tamborrada o la representación de los aizkolaris (persona que maneja o trabaja con un hacha) son buenos ejemplos. También la presencia de brujas y gigantes, denominados Jentilaks.
La música que ha acompañado a la mayor parte de grupos del boato ha sido originaria del País Vasco, adaptada para la ocasión. No ha faltado el homenaje a la tierra, a través del ballet de Ana Botella. Ni tampoco el especial trato que los Vascos le conceden a Mossèn Torregrosa, que ha desfilado con un diseño diferente al habitual y rodeado de una guardia personal.
El alférez, Santiago Giner, ha desfilado con un guerrero traje sobre una impactante carroza, que simulaba un paisaje vasco, del que emergía uno de los gigantes mitológicos.
Para la ocasión ha sonado la pieza L’Enguerí, compuesta por José María Valls para la escuadra d’en mig de los Vascos del año 1994. La interpretación ha corrido a cargo de la Societat Musical Nova d’Alcoi.