Una multitud cierra las tropas de la cruz
El alférez, Javier Gandia, desfila junto a sus caballeros tras un batallón formado por cientos de personas
Un sabor añejo ha dejado el boato del alférez cristiano de 2016, obra de José Moiña. Los Almogávares han presentado un multitudinario séquito, en el que ha resaltado un ejército formado por 300 personas. “Como en los boatos que veíamos en los antiguos vídeos de Agudo”, venía repitiendo las jornadas previas el ponente de Fiestas de la Asociación, Francisco Cantó. Y no le faltaba razón. De forma compacta ha avanzado el boato, formado por ballets y por la siempre notable presencia de los abanderados de Arezzo, que desde los años 70 llegan desde Italia para formar parte de la puesta en escena almogávar.
El alférez, el popular Javier Gandia, ha desfilado en carroza junto a sus caballeros para formar un conjunto ideado por el artista Luis Sanus (alférez) y Juan Climent (caballeros). El desfile ha multiplicado su emotividad a través del recuerdo de Perfecto Valero, en su día primer tro de la filà Aragonesos, a cuya memoria está dedicada la pieza que ha acompañado al alférez: L’aragonés Perfecte, de Vicent Pérez Esteban.