Alcoi, segur en positiu?
Periodísticamente y ante la opinión pública, el gran logro del PSOE ha sido implantar el lema Alcoi en positiu, un mantra con el que dibuja una ciudad idílica en la que no existen problemas, abunda el progreso y la alegría inunda las calles y las vidas de los ciudadanos. Los datos objetivos, no obstante, se empeñan en dibujar una realidad bien diferente. El problema de esta operación propagandística es que el Gobierno de Alcoy, tras ocho años al frente del Ayuntamiento, elude reconocer las puntos débiles de la ciudad y, por lo tanto, renuncia a dar el primer paso para aportar soluciones.
Después de dos legislaturas, el PSOE no pierde la sonrisa pese a que la población de Alcoy ha caído un 4,4% en la última década. No parece preocupar en exceso un indicador demográfico que se agrava, además, con un índice de envejecimiento del 146%, 20 puntos por encima de la media autonómica. En materia económica, el empleo industrial ha bajado del 20% de la ocupación total por primera vez en los últimos años, según cifras del Instituto Nacional de Estadística.
Alcoy, de acuerdo a los datos de la Generalitat, es la cuarta ciudad de la provincia con mayor tasa de desempleo: el 19,29% de la población activa no tiene trabajo. El porcentaje es cinco puntos superior al del año 2007, justo antes del inicio de la crisis y cuando residía más gente en la ciudad. Entonces, con Antonio Francés al frente de la oposición, el dato era alarmante. ¿Y ahora? En el caso específico de la industria, la tasa de desempleo en Alcoy es del 21,62% frente al 15,7% de la provincia y al 13,6% de la Comunidad Valenciana.
Tampoco invita al optimismo el hecho de que Alcoy esté a la cola de municipios de España en cuanto a renta media por habitante, así como que, según la Generalitat, el 56,8% de los alcoyanos manifieste tener dificultades para llegar a fin de mes. Son, este caso, seis puntos más que la media autonómica.
Por otra parte, la ciudad ideal que dibuja día a día el PSOE enmascara la ineficacia de la gestión municipal. Las señales de alerta que lanzan los escasos indicadores no parecen hacer reaccionar al Gobierno. Un buen ejemplo son las ayudas de Alcoi Inmpuls, el plan de dinamización económica. Nacieron con 72.000 euros, una cifra más bien discreta. Actualmente cuentan con 46.500 euros después de que en las primeras ediciones quedase sin adjudicar el 42% de los fondos por falta de demanda. Parece necesario alcanzar un gran pacto para establecer un giro en la política económica del Ayuntamiento.
Una situación similar se produce, por ejemplo, en el caso del Centre Cervantes Jove. El PSOE mantiene un modelo que, según los datos oficiales, está fracasando: el 22% de las actividades programadas en 2018 quedó vacío y el 60% contó con menos de 6 asistentes. Urge un cambio para que ese centro sea un referente para los jóvenes de la ciudad. En ese debate el Gobierno encontrará siempre al Partido Popular como un leal colaborador.
Como principal partido de la oposición, no es nuestra intención perfilar un escenario catastrofista o apocalíptico. Simplemente se trata de saber leer las cifras que nos ofrece la realidad para entender que no podemos caer en una vacía política propagandística. Al contrario, debemos ser conscientes de cuáles son nuestros problemas para aunar voluntades y ofrecer soluciones con las que mejorar la vida de nuestros vecinos. Esa es la única forma de recuperar la sonrisa y conseguir que Alcoy sea, efectivamente, una ciudad en positivo.