Cataluña y el 'dret a decidir'

RAFAEL NÚÑEZ

Rafael Núñez es periodista.

Ayer fue la Diada de Cataluña y el primero de octubre está previsto un referéndum en el que los catalanes, en teoría, votarán si quieren la independencia.

Es lo que llaman “dret a decidir”. Y es una formulación en teoría inatacable. De hecho, el independentismo sólo creció cuando en lugar de reclamar directamente la secesión abogó por un concepto más amable y de aspecto mucho más democrático: el derecho a decidir. Porque… ¿qué clase de cavernícola antidemócrata negaría a un pueblo el voto?

Con esta fórmula el independentismo ha dado con la tecla. Sin embargo, el planteamiento tiene importantes déficits. Se puede desmontar. Ahí van siete argumentos:

Es ilegal. “El 1-O no debe producirse, es como saltarse un semáforo en rojo”. Ley de la selva.

¿Votar es sinónimo de democracia? No. En Cuba votan. Y en la España de Franco había referéndums. Democracia no es el acto físico de introducir una papeleta en una urna. 

3. ¿Se puede votar todo? No. Por mucho que un grupo de personas se empeñen no pueden organizar un referéndum para dejar de votar impuestos o para invadir el pueblo vecino. 

4. ¿El derecho de autodeterminación no es un derecho? Sí, para colonias o territorios sometidos militarmente y en los que se niegan sus derechos. 

5. ¿Pero no hay países que reconocen en sus constituciones el derecho de autodeterminación? Sí, en el pasado la Union Soviética y Yugoslavia. Y hoy Sudán del Sur y Timor oriental. El caso escocés es un excepción en tanto que el Reino Unido no tiene constitución escrita y el país es en sí mismo una reunión de naciones. 

6. Y puesto que se trata algo que afecta a todos los españoles -que España deje de existir como tal afecta a todos los españoles- parece lógico que la decisión pueda tomarse entre todos los españoles. No es de recibo que se excluya a los demás de una decisión que a todos afecta. 

7. No es derecho a decidir, es obligación de decidir. Esto es, hay que decidir si uno es catalán y español o sólo catalán. Obligar a escoger pudiendo tener las dos cosas.