Días en familia

ANA MARÍA GARCÍA

Pedagoga y escritora

Casi sin darnos cuenta hemos llegado al final del año. Un año más. Momento para reflexiones, momento de evaluar cómo ha ido el año, momento de nuevos propósitos.

Mañana toca cenar con la familia. Noche de alegría y de tristeza.

Noche de alegría por reunirnos con nuestros seres queridos. Durante el año vivimos en un constante estrés que no nos permite dedicar el tiempo deseado a parte de nuestra familia, y ahora, en dos días intentamos recuperar todo el tiempo perdido. En el mejor de los casos, habrá niños y no faltarán los villancicos y las risas.

Pero, también es noche de tristeza. Cuando eres niño no te das cuenta de lo afortunado que eres por tener a tu familia alrededor. A medida que pasan los años y tus seres queridos emprenden su viaje sin retorno, las Navidades ya no son lo mismo. En ese momento de nostalgia te das cuenta de que te has hecho mayor.

Seamos niños o seamos mayores, preparémonos para vivir con alegría y muchísima ilusión la Navidad. Riamos y echemos de menos a los que ya no nos pueden acompañar. Y, sobre todo, seamos buenos que los Pajes ya nos están vigilando.

Que Jesús ilumine nuestras vidas y nos guie por el buen camino. Porque, aunque la Navidad es una excusa para comer, beber y recibir regalos, no debemos olvidar que estamos celebrando el Nacimiento de Jesús.

Cuidado con las sobredosis familiares y de buenos deseos.

Hasta el año que viene, ha sido un placer compartir este año con todos vosotros.

Feliz Navidad y próspero Año 2020.