Género y Casal
La Columna - (jueves, 05 de septiembre de 2019)
La labor voluntaria y altruista de los integrantes de la Associació de Sant Jordi se presenta a priori como esencial para entender la buena organización de los Moros y Cristianos. Esta gente hace posible que festeros y mirons puedan disfrutar en todo su esplendor de la fiesta. La autonomía de su gestión respecto al ayuntamiento es poco cuestionada. Ahora bien, esta independencia también ha generado su lado oscuro. Al respecto, el Casal se ha convertido en un freno ante los avances de la sociedad. El ejemplo más notorio lo tenemos con la integración de la mujer en la fiesta.
Ahora, en la reforma de sus estatutos, el Casal propone prohibir que el “fester utilice el traje oficial de su Filà que no corresponda a su género". Ya puso todos los palos en la rueda para que la mujer no pudiera gozar de los mismos derechos que un hombre en una filà. De hecho, desde hace pocos años es cuando han empezado a integrarse con plenos derechos las primeras mujeres. Gracias sobre todo a la actitud de algunas filaes, no todas. Ahora aparece también un partido de la oposición y habla de no politizar la fiestas. Lo dice quien se opuso gobernando a algo tan peligroso como la entrada de las mujeres en las filaes. Por suerte, la sociedad va por delante de los reductos más rancios y al final la igualdad se abre camino.