La ciudad de izquierdas

JAVIER LLOPIS

Javier Llopis es periodista.

Los votantes de esta ciudad llevan ocho años dándoles la razón a aquellos politólogos aficionados que afirman que Alcoy es de izquierdas. De los 11 concejales obtenidos en las elecciones municipales de 2011, los partidos conservadores pasaron a 8 en las de 2015, siguiendo por la cuesta abajo en los comicios del pasado 26 de mayo, en los que PP, Ciudadanos y Vox sólo lograron reunir 7 ediles. Quedan lejanísimas aquellas mayorías absolutas del PP de Peralta y Sedano y la ventaja de las fuerzas progresistas se amplía tras cada victoria electoral.

La tradición política alcoyana nos señala que la derecha se recupera muy mal de los desastres. La explosión de la UCD, allá por el año 1982, se vio seguida por una sucesión arrasadora de triunfos del PSOE de Pepe Sanus. La recomposición del conservadurismo alcoyano fue un proceso lento y muy accidentado, que se prolongó durante 17 años y que no se terminó hasta la llegada de Miguel Peralta, que llevó al PP a la Alcaldía. 

Sin mayorías absolutas y con un salón de plenos muy fragmentado, estamos ante un paisaje político muy parecido al que vivimos en las décadas de los ochenta y de los noventa del pasado siglo. El socialista Toni Francés puede gobernar con tranquilidad, contando con los múltiples apoyos de otras fuerzas de izquierdas en caso de necesidad, mientras la derecha se mueve en una irrelevancia total, agravada por la dispersión de su voto entre las ofertas del PP, Ciudadanos y Vox.

No hay ninguna señal de que esta situación pueda variar a corto plazo. El PSOE muestra gran habilidad en captar apoyos electorales de la derecha más moderada (hay quien atribuye a eso su crecimiento) y los tres partidos conservadores van lastrados por grandes diferencias personales y políticas.

Además de recuperar su papel de oposición, al que pareció renunciar durante la pasada legislatura, la derecha alcoyana se enfrenta a la obligación de rearmarse y de recomponerse como alternativa política. Si no emprende este camino se corre el riesgo de cronificar una situación anómala, que deja huérfanos y fuera del salón de plenos a amplios sectores del conservadurismo sociológico alcoyano.