La izquierda se radicaliza
En estos días se observan movimientos sísmicos en los que los partidos de izquierdas cada vez se van más a la izquierda y se demuestra día a día que su capacidad de gestión es pésima. De hecho estos movimientos se podrían definir mejor como de radicalización. En los partidos de izquierda, y en los que siempre se ha definido como centro -izquierda, se está produciendo un proceso de cambio hacia una izquierda radical, intransigente y caduca en el tiempo, empeñada en demostrar que poseen la solución para todo, cuando en realidad adolecen de ideas y programa para solucionar nada.
Todo este proceso, responde a los guiños constantes a esa extrema izquierda populista de reciente creación y que irrumpe, en el panorama político, con un discurso fácil y populachero, pero a la vez carente de forma y contenido. Que necesitamos cambios en la política, por descontado, no se le ha pasado por alto al Partido Popular. Un partido actualmente inmerso en un ambicioso plan de regeneración democrática, con el objetivo de mejorar los canales legislativos ya existentes, además de exigir una mayor transparencia , responsabilidad y profesionalidad a los encargados de llevar esta tarea a cabo. Pero además de estas acciones, muy importantes, necesitamos programas que actúen con una claridad meridiana en el foco de los problemas y que estén diseñados a medida de cada ciudad, programas en los que ya está trabajando el Partido Popular.
Precisamente esta necesidad de ir al foco de los problemas y de hacer política empática, es una de las carencias de estos nuevos partidos de izquierdas, inmersos en promesas utópicas que no llevan a ningún lado y que antes o después les acabaran desenmascarando y mostrando lo que son: promesas efímeras, generalistas y vacías, propias de cuentos para niños.
Casi 8000 alcoyanos en paro, obras como las de la calle Calderón, cerrada al trafico y con una demora de tres años, contrataciones a dedo en el consistorio, y un largo etcétera de despropósitos, forman parte de el legado de los pactos de izquierda en Alcoy. Está sobradamente demostrado que los gobiernos tri o bipartitos están fuera de lugar, pues están sujetos a las tensiones que se crean entre los socios que lo forman, sin tener en cuenta las necesidades reales de las ciudades a las que representan. Pongo como ejemplo la actual situación de nuestro consistorio, claramente a la deriva, con un PSOE sin ideas y a merced de Izquierda Unida, formación más preocupada en buscar nuevos socios para futuros pactos que en el buen gobierno de Alcoy.
Ante esta realidad sólo cabe la necesidad de un cambio de rumbo, hacia la cordura legislativa, y que permita que nuestra ciudad cree empleo, mejore en sus infraestructuras y avance con un sólido programa hacia los nuevos retos que la esperan.