Son de mentira

JAVIER LLOPIS

Javier Llopis es periodista.

Santiago Abascal, jefe supremo de Vox, ya lo advirtió durante un mitin en la capital de la provincia: las Fiestas de Moros y Cristianos están seriamente amenazadas por los mismos que condenarán a todos los españoles a retirar el jamón serrano de su dieta. ¿Qué quiénes son esa siniestra cuadrilla que quiere acabar con nuestras tradiciones?. Pues los de siempre: los islamistas totalitarios, los partidarios de la globalización y una legión de progres acobardados siempre dispuestos a rendirse ante el enemigo.

Remató la faena Javier Ortega Smith durante una fugaz visita a las Entradas de Alcoy. El aguerrido candidato ultraderechista a la Alcaldía de Madrid dio otra vuelta de tuerca al asunto  y resumió su mensaje con algo parecido a: si Alcoy echó a los moros hace 700 años, nosotros vamos a echarlos otra vez, antes de que acaben con la civilización occidental y de que obliguen a nuestras hijas a ir por la calle con un burka.

Así funcionan los dispositivos mentales de la extrema derecha española. Cualquier material, por sensible que sea, les vale para montar su particular película de terror y para vendernos su receta de leña al mono. En el puchero ideológico del facherío se aprovecha todo y hasta es posible utilizar en clave política actual unos acontecimientos legendarios que se produjeron hace la pila de siglos. Oyéndolos, uno empieza a sentirse como si las huestes de mismísimo Al Azraq estuvieran a las puertas de la ciudad a punto de iniciar su segundo intento de invasión.

Apenas digeridas estas apocalípticas profecías, la Fiesta vuelve a su ritmo normal. La imagen de un grupo de Miqueros tomándose unas copas en la Plaça de Dins con unos Guzmanes me devuelve a la realidad y me confirma que de momento la sangre no ha llegado al río.  

Se me mete una idea fija en la mollera. Alguien debería de avisar a esta gente de Vox de que las Fiestas de Moros y Cristianos son de mentira, de que la batalla del Alardo acaba sin muertos y con gente de los dos bandos haciendo barbacoas en las plazas. Alguien debería decirles que todo esto es un teatrillo muy bien montado, que cada año organizamos los alcoyanos para salir a la calle, para encontrarnos con los amigotes y para divertirnos.

La concejalía de Fiestas tendría que mandarle a la cúpula del partido ultraderechista un comunicado haciendo estas necesarias puntualizaciones. Si no se hace esta gestión con rapidez, la dirección local de Vox es capaz de presentar una moción exigiendo el cambio de nombre oficial de los festejos, que según su disparatada visión del mundo pasarían a llamarse “Fiestas de Islamistas Totalitarios y Cristianos de Alcoy. Declaradas de Interés Turístico Internacional”.