Violencia ultra en el Collao

JOAN MESTRE

Joan Mestre es periodista del diario Levante de Castellón

Dos ultras con simbología nazi llevaron su odio y violencia al partido amistoso entre el Alcoyano y el València disputado el pasado miércoles. Un Collao repleto de público infantil tuvo que sufrir la acción de estos energúmenos. El monotema catalán esconde el cada vez más preocupante crecimiento de estos movimientos extremistas. La justicia de momento está actuando con una lentitud que contrasta con la diligencia que tiene para poner penas a cantantes de rap o a portadas de medios de comunicación.

El 9 d’Octubre pasado en València, estos grupúsculos de extrema derecha ya boicotearon una manifestación por la llengua. La presencia policial, que ha sido masiva en otros actos, se comprobó que era insuficiente y no pudo evitar que algunos participantes y fotoperiodistas sufrieran su ira. Preocupa la impunidad con la que creen que actúan estos movimientos; no tienen miramientos para hacer un escrache a la vicepresidenta del Consell, Mònica Oltra, en su vivienda, o llevan sus insultos a fiestas de pueblo. Este resurgimiento ultra no es para tomárselo en broma. Si no se actúa con contundencia podría llegar el día en el que haya que lamentar daños irreparables.

El miércoles fue Alcoi, mañana quién sabe. La contundencia judicial y política debe ir en la misma dirección; no tiene sentido en un estado democrático perseguir por la vía penal supuestas ofensas religiosas y luego no actuar  contra gente que solo rezuma odio, racismo, xenofobia y violencia. No hacer nada puede extender en España esta ola de miedo al nivel que ya se puede constatar en Alemania, Hungría o Austria. En nuestro país hay que quien se rasga las vestiduras por la colocación de lazos amarillos en la calle. El autor de esta columna no está de acuerdo con que dichos lazos amarillos o una determinada ideología conquisten espacios que son de todos, pero más que la batalla sinsentido de banderas e himnos, más preocupante sería que se extendiera el odio y el racismo. Parece que todavía no se aprende de la historia.