Sanidad mantiene duras medidas para reabrir los surtidores de Alcoy
El Ayuntamiento negociará con la conselleria la rebaja de las conselleria fuertes exigencias del protocolo
La Conselleria de Sanidad no está dispuesta a que Alcoy reabra los surtidores públicos a cualquier precio. La Dirección General de Investigación y Salud Pública exige al Ayuntamiento un durísimo paquete de medidas para que las fuentes ornamentales vuelvan a funcionar tras años de parálisis por riesgo de transmitir la legionela.
El Ayuntamiento aguardaba un nuevo protocolo que hiciese viable la recuperación de estos sistemas y se ha encontrado con unas exigencias muy difíciles de cumplir, según reconocen fuentes municipales. La sorpresa ha sido mayúscula. El Gobierno, a la vista del protocolo, al que ha accedido RADIO ALCOY, va a negociar una reducción de las restricciones. Para ello hará valer la nula incidencia de la legionela en la ciudad, sin casos de la enfermedad desde octubre de 2014. “Con estos datos, no pueden mantenerse las medidas pensadas para una Zona de Actuación Especial (ZAE) contra la legionela”, señalan las fuentes consultadas.
El protocolo elaborado por Sanidad para reabrir las fuentes ornamentales del sindicato, en L’Alameda, y de El Parterre, exige mediciones diarias del cloro, del pH y de la temperatura del agua. El nivel de cloro debe oscilar entre 2 y 5 partes por millón, el pH entre 7 y 8, y la temperatura no debe superar los 25 grados. En caso de rebasar ese valor sería necesario parar y vaciar la fuente.
Con todos estos datos, el Ayuntamiento está obligado a crear un registro de mantenimiento diario, tanto de actuaciones como de posibles incidencias. Los operarios municipales, además, deben comprobar cada día el buen funcionamiento de las instalaciones y si hay restos de suciedad.
A las medidas diarias se añaden las semanales, que también deben quedar anotadas en un registro. Es el caso de la revisión de los filtros, de la carga de desinfectante y la realización de purgas y limpiezas parciales para la renovación continua del agua del vaso de la fuente.
La Conselleria de Sanidad impone, además, una renovación mensual del agua de la instalación y comprobar cada mes que la fuente no presenta lodos. “Nos obligan a mantener una monitorización constante”, lamentan las fuentes consultadas. Este sistema representa un alto coste económico, no valorado hasta el momento, que se añade a la inversión para renovar los surtidores, deteriorados después de estar una década sin servicio.
El Gobierno va a abrir una negociación con la conselleria para que rebaje su nivel de exigencia y el municipio pueda volver a poner en funcionamiento las fuentes y recuperar la normalidad rota desde el año 2000, cuando la reiteración de afectados por legionela obligó a tomar medidas extraordinarias para frenar la crisis sanitaria.